Al día siguiente de hacer la travesía Coterón-Reñada teníamos intención de atacar Rubicera-Mortero de Astrana, pero viendo como caía agua al salir por Reñada y que según la predicción al día siguiente seguiría igual, fueron decayendo los ánimos, nadie tenia muchas intenciones de hacer la aproximación por encima de los collados con semejante tiempo.
Jorge venía al día siguiente desde Madrid, pegándose el madrugón, para hacer la travesía y con gran pena le llamamos para decirle que no hiciese el viaje en balde… el plan de Rubicera se caía!!
Mientras cenamos comentamos la estupenda travesía de Coterón y nos echamos unas risas recordando los buenos momentos compartidos, en un momento dado Pedro y Ángel empezaron a maquinar… «mañana podíamos hacer algo que no requiera una aproximación larga«. Yo, la verdad es que ya me había acomodado en la idea de irme a degustar un buen cocido montañés, pero en vez de quedarme calladita, sugerí la idea de que quienes tuviesen ganas de más «penuria» podían entrar por Cuivo en vez de por Rubicera… la travesía es más corta, pero la aproximación también y pueden hacerla con el neopreno puesto, si llueve, porque aquí lo usas desde el comienzo de la travesía por tratarse prácticamente de un barranco subterráneo.
Pedro, Ángel y Guille con cara de satisfacción asienten y comienzan a planear la actividad y yo una vez más, en vez de quedarme calladita, entro en su conversación recordando la vez anterior que había hecho la travesía, hasta que Pedro me suelta:
_¿Pero tú te vienes no?
_ No, yo me quedo (cara sin convicción)
_ ¡Venga que sí! Tú te vienes!
Ya la hemos liado!! ahora me debato entre la imagen del cocido montañés calentito, que Manoli no dejaba de recordarme, o volver a meterme en otro agujero oscuro,frío y mojado… muy mojado.
Al final la cabra tira al monte.
Llamamos de nuevo a Jorge, para decirle que había plan alternativo y quedamos con él a la mañana siguiente en Astrana.
Día siguiente, nuevo madrugón, llegamos al parking del Mortero de Astrana y al poco tiempo llega Jorge.
El tiempo era el previsto, lluvia y aire, nos vamos al Mortero para montar la cuerda de salida, con que equipen dos de nosotros es suficiente… uufff que pereza ponerse el mono sucio y húmedo del día anterior!!… Guille se sacrifica en compañía de Ángel.
Llegados al impresionante agujero tamaño plaza de toros Guille se pone a montar la cuerda mientras los demás observamos resguardados bajo el agradable cobijo que nos brindan los techos de roca.
De vuelta al coche Pedro no se encuentra bien, algo le ha sentado mal y anda revuelto, toma la sensata decisión de no entrar, posiblemente con el agua fría del río se hubiese puesto peor. Aun así nos acompaño en la aproximación llevando mi saca, gracias Pedro!!
Llegamos enseguida a la boca, yo iría equipando acompañada por Jorge y Guille y Ángel irían recuperando las cuerdas.
Bajado el P13 de entrada nos encontramos en una sala donde Guille comenzó a hacer fotos a toda la fauna que iba encontrando.
Continuamos nuestro camino a través de una galería superior a la que accedemos por una cuerda de nudos, en este tramo seco encontramos formaciones que llaman nuestra atención
Poco más adelante, encontramos el P7 que nos baja a la Sala de la Colada
Cruzamos la sala hasta un paso bajo con un pasamanos que nos acerca a la parte alta de una colada por la que discurre el agua y abajo, un pequeño y profundo lago de aguas cristalinas… la cuerda de descenso estaba en fijo y ya sabes que cuando acabe la cuerda te toca nadar…
Aquí comienza el Meandro del Caramelo, es espectacular, con marmitas profundas en la que te vas tirando… y si no te decides ya llega alguien por detrás que te da el empujón (Guille esa te la guardo jaja)
Continuamos por el meandro aguas abajo, nos damos cuenta de que el caudal es mayor que la última vez que estuvimos, pero nada preocupante.
Un nuevo P8 nos deja en la Sala de la Pérdida, llamada así porque aquí el curso activo se pierde por la izquierda, justo aquí nosotros tomamos un galería que sale a mano derecha, es el Meandro SPÁ, ¡puuuaaaggg! es la parte más gorrina de la cueva, pero también divertidíiiiiisima!!
El meandro esta lleno de un barro lechoso, los pozos te dejan en marmitas de natillas de barro hasta los muslos y donde encuentras un tobogán ya os podéis imaginar la caída…¡¡chooofff, y toda la cara salpicada de barro!!
De esta guisa terminas el meandro.
De este baño de barro salimos por una trepada a la izquierda, sabemos que ahora viene La Lavadora y podremos quitarnos ese aspecto de estatuas de barro, nos metimos todos en esta marmita con cascada a modo de ducha frotándonos los monos… mira que bien!! de nuevo limpios.
En el Meandro de Falopio nos retorcemos intentando pasarlo por la zona más amplia, unas veces trepando por arriba y otras por abajo. Guille no podía ni sacar la cámara.
Cuando el meandro amplía encontramos a mano izquierda la cuerda que nos sube a la Sala del Roscón.
En esta sala seca, paramos a tomar un picnic, sabiendo que a partir de ahora empezaríamos a bajar pozos consecutivos, encontraríamos cascadas en la mayoría de ellos y además corre aire frío… es la parte en la que no podemos parar.
Ya en el primer pozo nos cae la cascada de lleno al poco de pasar el desviador, salí de ahí rogando porque mis compañeros no tuviesen problemas para recuperar esa cuerda bajo la cascada… no lo tuvieron.
A partir de aquí Jorge me toma el relevo y es él el que monta la cuerda en el resto de pozos hasta la Sala del Arco. El último pozo es espectacular con su lago abajo.
Una vez en la sala merece la pena acercarse a ver la base del gran P90 que baja paralelo a los pozos que acabamos de bajar con su maravillosa cascada, muy bonito, pero bajar 90 metros acompañado de cascada… uuummmm ya si eso otro día!!
Ahora ya solo tenemos que destrepar unos bloques para coger de nuevo el curso del río que ya, de manera cómoda, no abandonaremos hasta La Conflluencia
Conectamos con la gran Galeria de la Marmitas del Mortero de Astrana y avanzamos remontando el Rio Leolorna.
En la Sala de la Cascada abandonamos definitivamente el agua subiendo al Anfiteatro y de aquí a Las Rampas para acabar poco después en la base del Mortero de Astrana.
Bueno, ya solo queda llegar a nuestra cuerda… jaja… ya no me acordaba de la rampa empinadísima de mierda de cabra… si, si, mierda de cabra echa autentico compost.
Yo con el neopreno daba un paso y bajaba dos. Lo intento a gatas. Miro a Guille que ya esta arriba y leo sus pensamientos… «Vas a llegar algún día o piensas seguir revolcándote en la mierda??» . Me da la risa y así no hay manera.
Mientras esperamos turno para subir oímos a Ángel soltar una exclamación… nada mas asomar la cabeza en la salida se encontró con doscientos ojos luminosos mirándole directamente… jaja, eran las cabras que al oírnos se habían concentrado mirando hacia el lugar por el que Ángel asomó.
Terminada la travesía salimos del Mortero bajo la atenta mirada de las cabras que nos abrían paso.
Vuelta a casa, donde el resto nos esperan con la cena hecha, así da gusto.
Gracias a todos por estos ratos!!