Travesía Cueto Cárabo – Mina Esperanza : Sangrices, Vizcaya. Viana 03-08-2024. 1


 

Salida de la travesía por Mina Esperanza

El fin de semana del 2 al 4 de agosto de 2024 nos pusimos en marcha para visitar la «nueva travesía de moda» vizcaína: «Cueto Cárabo – Mina Esperanza». Los clubes AMET (Oñate) y G.E. Esparta (Baracaldo) han trabajado muy duramente explorando, topografiando y reequipando este bello sistema durante los últimos cinco años, para abrir a la comunidad espeleológica una interesantísima travesía. La experiencia de esta visita ha resultado especialmente satisfactoria, por haber tenido la posibilidad de conocer una nueva travesía, de las que calificaría como «sencilla», pero con un poco de todo. 200 m. de pozos concatenados, galerías grandes, galerías caóticas, grandes salas, ríos, formaciones, buena equipación y bien balizada.

Estos dos clubes vizcainos –AMET (Oñate) y G.E. Esparta (Baracaldo)- merecen todo mi reconocimiento y agradecimiento, por su profesionalidad, pulcritud y sistematicidad en el trabajo. Por encima de todo, es encomiable el hacer públicos sus resultados en Karaitza nº 30 (2023) y haber pensado de antemano en que este sería un sistema visitado por sus compañeros espeleólogos -de ahí esa soverbia equipación-. ¡Olé! De bien nacidos es ser agradecidos.

Pues una vez más nos juntamos más de diez de Viana para hacer actividad y lo pensamos, que fue un éxito, en dos grupos. Un grupo, el primero en entrar, de seis personas: Dani, Azahara, Ali, Sonia, Miguel Ángel y Paco; y otro de cinco: Alejandro, Mónica (nuestra enfermera), Diego, Manolo (un clásico de la espeleología seguntina) y Pepe. Los dos grupos ivan nivelados y con amplia experiencia en travesías.

Así de bien dispuestos y tras un estupendo desayuno en el restaurante Coventosa, donde nos hospedamos, comenzamos la marcha para Lanestosa. El comienzo de la pista sale en el mismo punto que las Txomin. De hecho este sistema dista del coto Txomin, menos de 1.000 m.

 

Preparándonos.

 

Camino de acceso por las pistas de Sangrices. No más de 15 minutos desde el coche.

 

Destrepe, ya en la dolina de entrada.

 

La instalación comienza con un pasamanos recuperable que te deja al comienzo de la vertiginosa sucesión de verticales.

 

Dani en el laboréo de instalación.

 

Estupenda foto de Paco, ya junto a las primeras verticales.

 

Como ya os he comentado, los 200 m. de la torca se descienden sin solución de continuidad, descuelgue tras descuelgue, hasta el Pozo Gavari (P45) y la conexión con la zona horizontal de la travesía en la galería Izane.

 

Descenso de las primeras verticales.

 

En los primeros pozos con Manolo.

 

Dani en el laboreo característico.

 

Miguel Ángel preparado para seguir bajando.

 

Ali disfrutando

 

Azahara con Miguel Ángel y completamente recuperada. ¡Operatividad máxima otra vez!

 

Mónica en la cabecera del Pozo Gavari (P45 volado) disfrutando.

 

Diego haciendo pie en el Pozo Gavari

 

Manolo y Alejandro en la base del P45 y conexión con la Galería Izane. Comienzo del río Cueto Cárabo.

 

Una vez todos abajo, comenzamos el ameno pateo con dirección a Mina Esperanza, que a un ritmo tranquilo, descansando y haciendo fotos no pasa de las tres horas, hasta el comienzo de las grapas de subida. La travesía es variada y está perfectamente balizada. Si alguna vez hubiera un rescate por motivo «desorientación», según está hoy la travesía, añadaselé al «desorientado» al libro Guinness de la torpeza espeleológica.

Comenzamos nuestro paseo por la Galería Izane, pasamos la marmita, un poco despues otro resalte y nos encontramos con los bonitos techos inclinados de la galería Amone.

Diego en el R3 de la Marmita

 

Techo inclinado de la Galería Amone

 

Cruzamos la Sala Aurelio Poch, para salir de ella a traves de una trepada (E5) que te sube casi al techo.  Rodeamos el desfonde de la Sala Metralleta y cruzamos las sucesivas galerías caóticas que tiene la segunda mitad de la travesía.

 

Galería caótica

 

Algunas trepaditas, …

 

… y el merecido descanso, con sopa de perdigones.

Entre la sala Metralleta y la gran sala Igore se concentra casi toda la bloquera de la travesía, que sin agobiar  al final se hace monótono.

A esta actividad le da un punto diferenciador, la salida por las sucesivas cremalleras de ferralla, perfectamente aseguradas con cuerda, hasta que por fin sales a la cómoda galería minera, rectilínea y en la que desde el principio ves la luz de la calle.

Alejandro tenía en su coche una nevera con una cerveza bien fría. Sin lugar a duda el monento estelar de esta actividad.

 

Salida por Mina Esperanza

 

Las mejores poses de la travesía 🙂

 

Documentación descargable de la travesía:

Revista Karaitza nº 30 -2023-, pgs 32-40

 

 


Acerca de Pepe Serrano

Licenciado en Filología Inglesa. Profesor de inglés en el IES Arcipreste de Hita de Azuqueca de Henares (Guadalajara). Instructor en Espeleología. Socio fundador del Espeleoclub Viana, y en la actualidad director de la Escuela de Técnica Vertical del Viana de Azuqueca.

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