Tonio-Cañuela 2


Manoli Rodríguez

 

La Tonio-Cañuela es para casi todos nosotros la primera travesía que hicimos. Fue nuestra “inmersión” en el mundo de las travesías cántabras y salimos con la idea de volver a hacerla, y aunque se haga algunas veces más, siempre se vuelve…

Desde hace algún tiempo teníamos ganas de repetirla y le pusimos fecha, así es que, ese finde nos fuimos a Cantabria Pepe, Alicia y su hija Sonia, Jesús, Diego, Álvaro y yo.

El sábado salimos temprano y dejamos uno de los coches cerca de Bustablado , Jesús, que no iba a hacer la travesía, se llevó uno de los coches porque en el de Diego cabíamos los seis. Subimos hasta la boca de la cueva con el coche, y esto lo digo literalmente, porque Diego se empeñó en subirnos. Parecía el París Dakar en versión “cabra por el monte”. La verdad es que pasamos un rato muy divertido.

Cuando llegamos, nos pusimos nuestro equipo y bajamos hacia la boca de la Tonio. Pepe bajó el primero instalando y Diego se quedó el último para recuperar la cuerda. Y así fuimos bajando uno tras otros todos los pozos.

Cuando estábamos en el pozo de la ventana, oímos voces de otro grupo que venía detrás de nosotros. Nos llevamos una grata sorpresa al ver que era nuestra querida amiga Yulia, con la que hemos compartido muy buenos momentos…El hecho de que cuando se reequipó la travesía, se dejaran algunos pozos instalados, facilitó bastante el descenso. La cabecera del pozo de la Sala Oliver Guillaume no tiene nada que ver con la de antaño; ahora es muy cómoda y no te tienes que descolgar.

El descenso de este último pozo de la Tonio te permite ver la gran Sala desde una perspectiva privilegiada.

 

Después empezamos a bajar la Sala entre sus tropecientos bloques y llegamos a una zona de arena donde previamente habíamos decidido comer, que es el momento de relax para reponer fuerzas y pasar un rato divertido. Aquí nos volvió a sorprender de nuevo Diego, porque sacó de la saca, tipo “momento  Mary Popins”, su infiernillo y nos hizo una sopa “Holliwood”, o sea, de estrellitas…

Nos lo tomamos con calma porque lo estábamos pasando muy bien; sin embargo, debíamos recoger para continuar la travesía.

La Cañuela supone un agradable recorrido admirando sus estalactitas gigantes con forma de sierra. Sus galerías son tan amplias que en algunas zonas pudimos ir en grupo hablando tranquilamente en vez de en fila.

Cuando llegamos al Pozo del Arco, ya sabíamos que nos quedaba muy poco para la salida. Disfrutamos el pasamanos y de ahí ya estábamos en la parrilla de salida hacia la calle.

Cuando empezamos la travesía se hicieron algunas apuestas sobre el tiempo que íbamos a tardar en hacerla. ¡Una mariscada estaba en juego! No es por nada: peeero, como íbamos bien de tiempo, alguno se paraba sin motivo, miraba demasiado la topo, etc, mientras otros parecía que acelerasen, jjjjj. !Muy sospechoso! Al final tardamos menos tiempo del que pensábamos, y eso que paramos alrededor de una hora para comer. ¡Es que cuando nos ponemos a hablar pasa el tiempo volando!

Descendimos hacia el coche, y Álvaro subió a Diego y Sonia para que pudiesen bajar el de Diego que se había quedado cerca de la boca de la Tonio. Alicia, Pepe y yo nos quedamos recogiendo el material y los equipos.

Una vez todos juntos, emprendimos el camino de regreso a “nuestra” casa de Carasa.

Y allí como siempre, cenamos y pasamos un rato muy agradable entre amigos.

“El mundo subterráneo es como un libro, y aquellos que no lo disfrutan solo leen la primera página”.

 


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2 ideas sobre “Tonio-Cañuela

  • José Vicente

    Buenas tardes. En el año 1979 visitamos esa cavidad (Solo Cañuela) rapelando el primer pozo . No conociamos el pasamanos, si es que existía. Y de frente a esa caída tómanos el ramal izquierdo de la cavidad. Si os pasase algunas fotos seria posible me ayudarais a localizar aproximadamente la zona a la que llegamos?. Saludos