El día de fin de año era el único en el que podíamos coincidir y llevar a cabo nuestro plan de salida navideño, este año fue un San Silvestre espeleológico.
La ideas eran varias pero sobre todo ya que vamos, hacemos un par de ellas… jejeje
Finalmente fuimos solamente Ángel y yo, sin mayor problema en que el equipo fuera pequeño. Esto nos recordaba a los viejos tiempos en los que comenzamos con la espeleología por la zona de Valsalobre y Villanueva, hace más de 15 años, donde íbamos los dos solos y cada incursión nos suponía un enorme esfuerzo de localización, logístico y físico… Ahora lo montabamos en el día sin madrugar mucho y con la intención de hacer dos, ¡como ha cambiado la película!
Salimos de Molina sobre las 10 y a las 11:30 ya estábamos vestidos entrando en la Alfa 1, la instaló Ángel ya que iba a ser mi 3 visita en este año y aunque no la he montado el hecho de conocerla le quita encanto a la actividad. Por lo que pensé que mejor que la montara él que la podría disfrutar al ser totalmente nueva, o poco conocida salvo por los comentarios típicos del pasamanos o el de no tocar las rampas.
Sin mayor problema nos plantamos en el fondo de la sima, salvo por la escasa luz de la que disponía Ángel al llevar mi luz auxiliar. ¡Qué cabeza! Las frontales y baterías se quedaron encima de la mesa en Molina junto con alguna cosa más que me dejé yo… Bueno, percance salvable que no nos detuvo en nuestra actividad.
Según bajamos aproveché para contar los trabajos que se han ido haciendo en el último año, topografía y reequipación por todos conocida pero además se han revisado el pozo que baja en paralelo al último y que termina por unirse al principal, se ha revisado el fondo de la sima todo ello sin éxito de una continuidad destacable. Por lo que se podía dar por concluida la revisión de esta sima que se ha llevado cabo más en profundidad este año.
Llegamos abajo comimos y bebimos algo, unas fotos con el móvil, algún vistacillo de la pequeña continuidad… poco más. Desmonto yo así que para arriba sin mucha pausa que nos tiene que dar tiempo a la 2.
Salimos cerca de las 2, a la propuesta de Ángel de comer y luego entrar no me convence del todo, ¿por qué no vamos del tirón? dicho y hecho.
Objetivos varios de la visita…. conocer la cavidad, probar la instalación de químicos, valorar una futura revisión topográfica y revisión de posibilidades de continuidad de la cavidad.
Esta vez monto yo, bajamos primer pozo y a mitad del segundo en una revisión de un lateral en la que tengo que salir de la cuerda cedo la cabeza Ángel. Enlazamos con la cuerda toda la cavidad y tuvimos nuestras dudas de poder llegar al fondo pero si ¡¡¡. Bajamos ese pozo que no figura en la topo habitual,que si no recuerdo mal me pasó un croquis J.R. de Abismo y que algunos de su club debieron de bajar por primera vez. Habrá que conocer mejor el relato para cuando se revise la ficha de la cavidad hacer la mención oportuna.
Lo más divertido y destacable de la cavidad es la ligera estrechez que tiene el segundo pozo que como siempre digo mucho mejor de subida, pero sin lugar a dudas.
Lo más bonito el pozo de entrada al estar todo verde y con luz natural hasta el fondo.
Una vez abajo poquito más, ahora le toca a Ángel desmontar, sin separarme mucho fui subiendo a eso de las 4 estábamos fuera. En poco más de media hora ya cambiados gestionando un bocata durante un paseo ,hasta la boca de la Juan Herranz I, que ahora sí nos habíamos merecido.
Vuelta a Molina con parada técnica de café en Poveda para comentar la jornada.
Un final de año diferente con un San Silvestre Espeleológico, que como siempre un placer esta vez con sabor de antaño ¡