MANOLI RODRÍGUEZ GARCÍA
Como ya viene siendo habitual, este finde nos hemos juntado para realizar el Encuentro Regional de Espeleología y Mujer, o lo que familiarmente conocemos como Briana. Elegimos este nombre por lo que representa, una mujer decidida y con una gran entereza que afronta de frente cualquier situación de la vida.
El lugar elegido para organizarnos fue el camping de Las Majadas, en Cuenca.
Los días anteriores, un grupo de compañer@s se encargaron de instalar unas cuantas simas de La Muela de la Madera y de la zona de Las Majadas.
El viernes por la tarde fuimos llegando y el reencuentro, después del parón de la pandemia fue muy emotivo. Es difícil describir con palabras lo que se siente al volver a ver las caras de much@s viej@s amig@s…
Por la noche, durante la cena y mientras dábamos cuenta de unas hamburguesas acompañadas con una cervecita fresquita, recordamos mil y una anécdotas y nos fuimos repartiendo en grupos para realizar las simas del sábado, que era el día grande… ¡Momento entrañable de risas!
Por fin llegó el sábado, y a las ocho ya estábamos preparando el desayuno y la bolsa de picnic para irnos a hacer lo que más nos gusta, meternos en todos los agujeros que nos conducen al interior de la Tierra. ¡Si Julio Verne levantara la cabeza… seguro que se hacía espeleólogo!
La Muela de la Madera era un ir y venir de coches y de espeleólog@s de una sima a otra. ¡Qué divertido!
Álvaro, Carmen, Alfonso y yo, junto con dos compañeros (Cristina y Ángel) que no conocíamos, nos fuimos a hacer Malditos I. Álvaro instaló la primera parte de la sima y luego fuimos bajando los demás.
Después de una trepada y tras restregarse por un estrecho paso, destrepamos un par de metros y accedimos a una pequeña sala con formaciones muy bonitas.
La subida se alargó más de lo que pensábamos porque Cristina, que no tenía mucha experiencia se atascó varias veces en los fraccionamientos y Álvaro y yo tuvimos que echarle una mano…
Cuando salimos ya estaban esperando para entrar Ali y Diego, que se encargarían de desinstarlar. También apareció por allí Lupo para comprobar que todo estaba en orden y para comentarnos que avisáramos cuando entrásemos en la siguiente sima.
Esperamos a que salieran y nos fuimos todos juntos a la José Cebrián. Carmen, Alfonso y Cristina se fueron para el camping.
Cuando llegamos y antes de que nos diese tiempo a avisar, apareció de nuevo Lupo como por encantamiento. No sé cómo lo hace…
Nos sorprendió su bonita entrada con el puente de piedra y su pozo tapizado de musgo. Fuimos descendiendo y al poco rato ya estábamos todos abajo. La subida también fue rápida y al salir, ¿adivináis quién apareció?… ¡exacto! Lupo de nuevo. Yo creo que se teletransporta o es capaz de estar en varios sitios a la vez, porque se le veía ir y venir con su coche por las pistas, pendiente de tod@s y en cuanto apartabas un momento la vista, ¡chas! ahí le tenías de nuevo a tu lado.
Caía la tarde y los grupos íbamos regresando al campamento base. Nuevas anécdotas que contar, pero; no había mucho tiempo que perder ya que nuestra compañera Majo presidenta de la Asociación Nacional SOS Montaña, nos iba a dar el “Taller de primera asistencia a tu compañer@”
Ducha rápida y al taller, que resultó muy ameno e interesante. Le quedamos muy agradecid@s a Majo.
Para terminar la jornada nos fuimos a cenar a un restaurante de Las Majadas y como siempre, pasamos unas horas estupendas relatando las aventuras del día. Por supuesto, no faltó el sorteo.
De vuelta al camping algunos trasnochadores nos quedamos un ratito más dándole a la lengua y al chupito.
Al día siguiente, de nuevo desayuno en familia, recogida y despedida.
Nos fuimos con las sacas llenas de buenos recuerdos y con ganas de repetir. El próximo año volveremos a vernos.
“La igualdad es el alma de la libertad; de hecho, no hay libertad sin ella.”