ESPELEOLOGÍA INCLUSIVA (TAMAJÓN 2 DE ABRIL DE 2022)


                                                                                                                    MANOLI RODRÍGUEZ

Hace unos días nuestro “presi de la Fede” nos lanzó una propuesta para participar en la Jornada Regional sobre Espeleología Adaptada que, por primera vez, se iba a realizar en el entorno de una cueva con personas pertenecientes a la Asociación de Familiares de Personas con Discapacidad de la Zona Norte de Madrid (AFADIMOR) ubicada en El Molar. Son un grupo de “gente especial” que todos los días luchan por abrirse paso y conseguir que se les tenga en cuenta.

Nos animamos un grupo perteneciente a diferentes clubes de espeleología y a los que cito a continuación:

Jesús de Abismo; Montse, Paco, Alicia, Jesús Gcía, Patricia, Guille, Álvaro y Manoli de Viana, Francisco de Torrelodones, Mario de Argollón y Tere de Huesos.

Por parte de AFADIMOR participaron 9 personas:

Rebeca, Alexis, Miguel Ángel, Christian, Marta, Pilar, César, Jesús y Chorouk y tres monitoras, Elisabeth, Ana y Sole.

El día amaneció frío, muy fríiiio pero aun así no se arrugó ninguno de sus participantes. Quedamos en el aparcamiento del área de servicio de Tamajón (Guadalajara) con el objetivo de visitar dos cuevas.

Allí nos encontramos Álvaro y yo (Manoli) con Jesús y Alicia, Guille, Paco, Francisco y Mario. Un cafetito caliente para entonar el cuerpo y nos dirigimos a recibir a los participantes del evento, ya que vimos que el autobús acababa de llegar.

Reencuentro con el “presi Jesús” y de repente, un montón de caras expectantes y con ese gesto de “y ahora… ¿qué?”.

Hechas las presentaciones y… en este caso …iba a decir “roto el hielo” inicial… no obstante, debido al frío que hacía, esta frase NO es la más apropiada, jjj. Así es que la sustituyo por algo así como…una vez que nos presentamos y cogimos confianza, nos dirigimos al centro de interpretación donde nos iban a dar una “pequeña charla” de como se había originado el entorno y esas cosas…

 

Bueno, que ya estamos deseando “meternos en harina” y lo bueno aún no ha comenzado, así es que ¡vamos!, foto de grupo y al lío…

 

 

Nos subimos al autobús rumbo a nuestra aventura y detrás vinieron tres coches de apoyo para llevar la montonera de material y de atuendos para realizar la actividad. El autobús nos acercó a la pista que conduce a las cuevas y seguimos a pie. La pista estaba un poco “áspera” por lo que agradecemos a nuestros compañeros que acercasen su coche y tuvieran que hacer el París-Dakar para facilitarnos la tarea.

Jesús improvisó un estupendo vestuario con unos trozos de tela. Muy bien conseguido y mimetizado con el entorno 😊. Y empezó a sacar de los coches, botas, cascos y monos de todos los tamaños, tallas y colores variados como si no hubiera un mañana. Y allí que nos pusimos a disfrazar a “to quisque de romano”.

 

Ataviados para la ocasión, llegó el momento de “cada oveja con su pareja” y así uno por uno los participantes fueron eligiendo al espeleólogo con el que querían ir acompañados.

 

 

Andamos un poquito y llegamos a la primera cueva. La única dificultad fue descender la rampa escurridiza, pero lo hicieron fenomenal. Ya en el interior, Francisco se vino arriba explicándonos detalladamente la formación y orígenes de las cuevas… Continuamos por una galería y luego nos tocó trepar por una rampa resbaladiza que nos conduciría a la última sala. Aquí Ali, no pudo resistir la tentación de meterse en un “agujero a ninguna parte” para que los muchachos vieran lo “arrastrao” que es, a veces, esto de la espéleo.

 

Vuelta sobre nuestros pasos y de nuevo en la calle. Nos dirigimos a nuestra segunda cueva, que está al lado. Se accede a la cavidad por una rampa también muy resbaladiza, por lo que algunos decidieron quedarse fuera. Los demás nos adentramos en la cavidad y continuamos por una galería que nos condujo a una amplia sala con bonitas formaciones. Los más atrevidos subimos por una trepada que resbalaba mucho para ver por una pequeña oquedad, la continuación de la cueva por una estrecha galería llena de formaciones. El destrepe fue muy divertido ya que cada uno de nuestros amigos lo hizo a lo Frank Sinatra, “a mi manera”, alguno incluso se improvisó un tobogán y si no le frenamos llega el primero al autobús…

 

 

La salida no supuso ningún problema. Nos dirigimos hacia los “boxes”, cambio de ropa y en marcha hacia la carretera para que nos recogiese el bus y nos llevase a comer a la Ciudad Encantada de Tamajón.

La hora de la comida fue uno de los momentos más divertidos del día. Allí comentamos las anécdotas y los muchachos relataron sus experiencias. Bromas, risas y momento foto muy divertido…

 

Recogida y vuelta a casa. La despedida fue muy emotiva, en nuestros rostros se reflejaba la satisfacción de haber pasado un gran día con estas personas “tan grandes” y que nos regalaron su compañía y todo su cariño.

Agradecemos al equipazo humano de las monitoras el estar en todo momento colaborando con la mejor de sus sonrisas.

 La experiencia ha merecido la pena, no solo para los miembros de la asociación, sino también para l@s espeleólog@s que la realizamos, ya que a través de sus emociones hemos disfrutado al recordar nuestro primer contacto con una cueva. Ha sido doblemente gratificante ver a estos muchachos disfrutando haciendo lo que más nos gusta y al mismo tiempo compartir esos momentos tan gratos y divertidos que nos han regalado.

“Deberíamos estar orgullosos de nuestras diferencias. Porque, en el fondo, ¿qué es ser normal? ¿Y qué es ser diferente?”

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