Después o durante pandemia, ya uno no sabe en qué fase/ola se encuentra esto, empezamos a recuperar nuestras actividades normales. Volvemos a la carga con una salida de acercamiento a la cueva de las Majadillas, en Sacecorbo. El núcleo duro y detonante de la incursión son los más pequeños del club, tuvieron la oportunidad de experimentar sensaciones nuevas para ellos.
Los principales retos que superaron nuestros intrépidos aventureros fueron el pocito de entrada, la oscuridad, una zona de gateras, pequeñas escaladas… también disfrutaron de sus primeras formaciones pero sobre todo de su primera gran sala, la del tanque.
Aquí llegamos después de hacer dos grupos independientes que fueron por caminos distintos para encontrarnos allí con gran júbilo y alegría compartimos nuestras impresiones de las galerías que hasta allí nos llevaron. Hicimos fotos, compartimos unas viandas y refrigerios. Aprovechamos ese ratillo de tranquilidad para contarles sobre las cuevas, su fragilidad, como se forman… en definitiva la singularidad y lo especial del medio donde estábamos.
Regresamos por la galería de los arcos hasta el vestíbulo de entrada donde en una sincronizada y ágil salida conseguimos llevar a todo el mundo a la superficie. Nos cambiamos y desmontamos sin perder mucho tiempo.
Cómo es costumbre fuimos a comer y echar la tarde al área recreativa de la ermita del Beato, lugar perfecto para que los niños rematen el día con juegos. Además hicimos entrega de sus carnets de espeleólogos con su merecida y dulce recompensa…
Que suerte ser así de impresionables, no lo perdáis nunca y seguiréis siendo niños toda la vida.
Un placer!!!, como siempre.