Curso de Iniciación a la Espeleología, Espeleoclub Viana 2018


Pedro instalando el Viaducto de Mondejar

Este 2018 hemos organizado, y felizmente terminado, nuestro curso de iniciación a la espeleología. Ha tenido la novedad de seguir un formato inusual en nuestro club: finalizar el curso en varios fines de semana seguidos y muy intensos. Este nuevo formato ha sido un «requisito» de la Escuela CM de Espeleología, pero de hecho ya estamos al habla con el director de Escuela para continuar con nuestro sistema tradicional en años venideros.

En cualquier caso el curso ha sido todo un éxito de participación, profesionalidad e intensidad. No he de negaros que el desembarco de recursos materiales y humanos para un grupo tan numeroso de cursillista, se sale de toda previsión.

En el fondo, el curso en sí no es lo importante, sino que esos nuevos talentos descubiertos en este curso se enamoren de nuestra querida actividad y que cuajen en Viana.

Reequipando del Viaducto

Previo al comienzo del curso se procedió a la reequipación completa del Viaducto de Mondejar, tras obtener los permisos pertinentes para el uso de esta infraestructura por parte de cualquier club de la FCMEC y la FME. Estas labores supusieron dos fines de semana agotadores, pero creemos que ha merecido la pena.

El 26 de y 27 de mayo por fin comenzamos con todos los nuevos en el Viaducto, y resultó un completo e intenso fin de semana que comenzó con las teóricas sobre técnicas de progresión a cargo de Guillermo Reguilón y sobre complejos kársticos  y conservación de cavidades  a cargo de Fco. Javier Yélamos. Al anochecer disfrutamos de una magnífica parrillada en las instalaciones del albergue contiguo a la zona de prácticas del Viaducto.

El albergue

La mañana siguiente se comenzaron temprano las practicas de progresión en exteriores, que se prolongaron a lo largo de todo el día. Parón de descanso para un merecido almuerzo, y vuelta al lío. Nuestros más de diez cursillistas fueron mostrando sus dotes y distintos ritmos para esto de la «espeleo», que dándoles una valoración general fue estupenda.

El fin de semana siguiente nos fuimos todos a Majadillas para empezar a saborear «cueva».

Progresión en Majadillas

Foto de familia Viana 2018

En Majadillas nos cruzamos con nuestros amigos de Abismo, también de curso muy metidos en sus teóricas.  Quizá la parte más divertida de aquella mañana fue el tramo Sala del Tanque-Sifón, donde todos reptamos por las gateras como un desfile de procesionaria.

Para terminar nuestro curso de iniciación fue necesario un tercer fin de semana, en el que comenzamos con la Juana 1, un clásico de la zona centro.

Aproximación a la cabecera del P98

Uno por uno fueron bajando todos los cursillistas acompañados por un técnico de Viana. Varios de los de «toda la vida» del club tuvieron que bajar y subir varias veces para acompañar a nuestro «ejército» de cursillistas.

Saliendo de la Juana 1

 

Clásica foto en la Sala

La Sala parecía la Puerta del Sol una Noche Vieja. Ambiente festivo y más de 25 personas allí abajo hicieron de aquella jornada, un día inolvidable. Dada la multitud «purulante»  por la Sala, tuvimos que montar un punto caliente en la salita Álvaro Azañón para atemperar a los menos acostumbrados a las cuevas.

Me gustaría comentar que Javier Yélamos bajó a la Sala con el resto, por lo que podemos ya considerar que ha habido cierto movimiento en sus «líneas rojas», que pasan de -1,5m a -45m. También es destacable la reciedumbre de todo el mundo, que supieron esperar pacientemente su turno de subida sin quejarse.

Javi Yélamos en la entrada de la Sala y momentos antes de la gran ovación.

Aquella noche, acompañados por Flecha y un cuajado número de valencianos, tuvimos la clásica «fiesta de curso de iniciación» en la que nuestro Diego se dio y con Flecha y los demás convirtieron el refugio de la Torreta en el mejor cotillón de España.

Eso sí, a la mañana siguiente todos temprano arriba para desayunar e irnos a la Sima del Fraile en Cifuentes y finalizar con ello nuestro curso.

En la boca del Fraile

Jornada del Fraile

Desde allí y ya con nuestro curso terminado nos desplazamos a las instalaciones cifuentinas de la Cueva del Beato para comernos una estupenda paella preparada por nuestro Chechu, uno de los nuevos de este curso de iniciación, que además de hábil con las cuerdas, lo es con los pucheros. Todos cansados, pero venidos arriba, nos fuimos al Beato para saborear esa suculenta paella.

La verdad es que la mitad de los participantes tuvieron que volverse a sus casas, pero en el Beato nos juntamos el núcleo duro, y como siempre, lo pasamos en grande.

En el Beato de paella

 

 

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