Una vez más, y como ya es costumbre en nuestro club, nos reunimos parte de la gran familia Viana para celebrar la comida anual de socios. Como siempre, y muy a nuestro pesar, “ni estábamos todos los que somos, ni éramos todos los que estábamos…”, pero siempre resulta difícil acordar fechas para este tipo de eventos en un colectivo tan grande.
La comida tuvo lugar el 26 de noviembre en el ya “mítico” Fogón de Filo que regenta nuestro compañero Fernando Vallecillos.
La velada os la podéis imaginar: “comimos, bebimos, reímos y mucho nos divertimos”.
Ya con las copas de sobremesa en la mano, Pedro, nuestro recién estrenado jefe, nos informó del estado del club, proyectos, buenas intenciones… Guille nos dejó las “cuentas claras”, y a continuación, ¡cómo no!, Pepe disertó un buen rato sobre todo lo acontecido este año, espeleológicamente hablando, ¡claro!
La historia se alargó más de la cuenta y nos dieron las ocho, y las nueve, y las diez… Pero todos nos fuimos a casa con un buen sabor de boca (¡nunca mejor dicho!). Bueno, algunos antes de ir a casa dimos un “rodeo” y aún tardamos algunas horas más en retirarnos, ya que todavía nos quedaban ganas de más…
La comida tuvo lugar el 26 de noviembre en el ya “mítico” Fogón de Filo que regenta nuestro compañero Fernando Vallecillos.
La velada os la podéis imaginar: “comimos, bebimos, reímos y mucho nos divertimos”.
Ya con las copas de sobremesa en la mano, Pedro, nuestro recién estrenado jefe, nos informó del estado del club, proyectos, buenas intenciones… Guille nos dejó las “cuentas claras”, y a continuación, ¡cómo no!, Pepe disertó un buen rato sobre todo lo acontecido este año, espeleológicamente hablando, ¡claro!
La historia se alargó más de la cuenta y nos dieron las ocho, y las nueve, y las diez… Pero todos nos fuimos a casa con un buen sabor de boca (¡nunca mejor dicho!). Bueno, algunos antes de ir a casa dimos un “rodeo” y aún tardamos algunas horas más en retirarnos, ya que todavía nos quedaban ganas de más…
