Cueva de Rei Cintolo 2


Manoli Rodríguez

Nuestro buen amigo Paco nos invitó a pasar unos días con él en un pueblo de A Coruña donde se ha trasladado a vivir. Se ha ido a la otra punta de España, literalmente hablando. Según nos comentó, llevaba mucho tiempo queriendo visitar la cueva de Rei Cintolo, situada en la bonita localidad de Mondoñedo. Así es que, cuando nos lo propuso a Álvaro y a mí, no lo dudamos ni un segundo. Era una buena oportunidad para conocerla, ya que nos quedamos con las ganas cuando en 2023 un grupo de “vianas” quedó en Galicia para el “II Encuentro Castellano-Gallego”.

El martes 25 de abril nos desplazamos los tres hacia Mondoñedo. Paco había quedado con Carlos Atienza porque para visitar la cueva es necesario pedir permiso, y él es uno de los encargados de realizar las visitas guiadas. Nos fuimos en su furgoneta hacia la cueva. Está situada en un precioso y frondoso bosque atravesado por una serpenteante carretera que te deja al lado de la entrada. Allí mismo hay un refugio de madera que a modo de “suite del espeleólogo” te puedes cambiar cómodamente.

Carlos nos explicó que íbamos a realizar el recorrido que hicieron nuestros compañeros la vez que estuvieron allí, el Bucle Viana-Niphargus que recorre los 4 niveles de la cueva . La cueva tiene una estructura laberíntica de más de 10 km de galerías. El terreno de pizarra con el afloramiento calizo, la convierte en una cavidad diferente a las que habíamos visitado hasta ahora.

El desnivel máximo ronda los 75 m, con aguas interiores que forman varias lagunas y una corriente subterránea, el río Celtas, en la cota inferior.

La entrada está protegida con una reja en la que se puede leer el nombre de la cueva. Una pequeña sala nos da la bienvenida y nos conduce a una empinada rampa muyyy resbaladizaaa, la Bajada Rapidísima, que la bajamos a modo de tobogán. Una vez “deslizados y aterrizados”, Carlos aprovechó para explicarnos el recorrido que íbamos a realizar. Entre otras cosas, nos comentó que es una cavidad muy ratonera y deportiva, sin apenas galerías en las que puedes andar erguido, y efectivamente, pudimos comprobar en nuestros cuerpos que es una cueva que no te da tregua. Atravesamos la primera gatera y vimos sobre nuestras cabezas una “guirnalda” de murciélagos que debían de haber quedado para celebrar una «rave».

Enseguida llegamos a un pasamanos descendente que nos situó en la cabecera de uno de los dos pozos que debíamos descender. Seguimos bajando por rampas y atravesando toda serie de agujeros hasta llegar al nivel inferior, donde nos topamos ya con el río. Carlos nos iba amenizando con las explicaciones de las diferentes partes de la cavidad por las que pasábamos, ¡todo un lujo!

Una vez que tocamos fondo, empezamos a subir hacia los niveles superiores. El recorrido hace un bucle que recorre en parte los distintos niveles, por lo que la vuelta se hace por otro itinerario hasta entroncar con la fiestuqui de los murciélagos.

De nuevo atravesamos estrechos meandros restregándonos bien por sus angostas paredes, pata “parriba” y clava las uñas donde puedas para no escurrirte y poder acceder a ese agujerito que te conduce a otro meandro. Esto es un sin parar, estira bien los brazos porque a lo mejor llegas a ese saliente diminuto que viene fenomenal para la siguiente trepada…

Algunos pozos de subida y otros de bajada nos permitieron cacharrear y disfrutar aún más de esta experiencia.

 Lo mejor de todo fue subir esa resbaladiza rampa en la que subes uno y bajas dos puestos y en la que Paco comentó que una “cuerdecita” nos hubiera venido muy bien, a lo que Carlos contestó: “siempre pensamos en poner aquí una, pero no sé por qué nunca lo hacemos…” y yo pensé: “tarde, tarde” …

Y así poco a poco, llegamos de nuevo a la gatera que nos conduce a la empinada rampa que conecta con la salida. El resumen final es que es una cueva bonita que merece la pena visitar, es muy entretenida y atlética. Una vez fuera nos cambiamos cómodamente en “la suite” y volvimos a Mondoñedo. Agradecimos de nuevo a Carlos la oportunidad que nos brindó y el poder disfrutar de su grata compañía. ¡Es una persona estupenda!

En el camino de vuelta y durante la cena del potscuevin, comentamos, como siempre, una y otra vez las anécdotas más divertidas. Es uno de los mejores momentos de la jornada y quien lo ha vivido sabe de lo que hablo.

«Aquellos que bajamos a las profundidades de la Tierra, descubrimos un mundo maravilloso que está lleno de belleza, encanto y aventuras que solo podemos vivir los que nos atrevemos a descubrirlo».

Galería de fotos

 


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2 ideas sobre “Cueva de Rei Cintolo

  • Paco Cuesta

    Como siempre, buena crónica.
    Bien relatada la experiencia de este viaje al subsuelo gallego. Que ganas la tenía a esta cueva.
    Es verdad que es laberíntica como pocas que he conocido. Me contó un gallego, que en otra visita, alguien le dijo: Está claro que es una cueva gallega, no sabes si vas o vienes.

  • María

    Y aquellos que no nos atrevemos podemos disfrutar de esa experiencia con los maravillosos relatos llenos de detalles que nos transportan por un instante a esas profundidades a las que no podemos ni nos atreveríamos a bajar y por lo tanto es un privilegio hacerlo desde vuestros relatos.