La gran columna-órgano del fondo de la sala Iradier.
Torca del Carlista (Ranero, Vizcaya) 23 de noviembre 2024
La Torca del Carlista, un tesoro que esconde Vizcaya bajo su regazo, es una cavidad clásica y técnicamente sencillade realizar. La teníamos ganas, porque el año pasada tuvimos que cambiarla a última hora por Txomin IV debido a las lluvias. La verdad que el cambio también mereció la pena, porque nunca la había visitado. En cualquier caso como los apuntados éramos unos cuantos, -Alejandro, Juanma, Jesús, Chus, Carlos y Pepe-, decidimos montar una segunda cuerda en el volado de la sala, cuestión que resultó muy interesante y divertida.
Ese fin de semana, como nos es habitual, nos alojamos en el hostal Coventosa de Asón, lo recomiendo. Nos pusimos a cenar abajo y estrenamos la nueva «cocina portatil del club», que es de lo mejor que tenemos. A los que no conocían la cueva, se les iba atragantando un poco la tortilla de patatas, según contábamos una y mil anécdotas, de las que se cuentan para crear más espectativa. Conseguimos, que no es fácil, el viernes dejar todo ensacado e irnos a la cama a una hora razonable.
Al día siguiente nos levantamos a una hora razonable tambié, pero sin pasarse, porque la Torca con un grupo así, se hace en siete horas y en ningún caso esperábamos salir tarde de la cavidad.
Nos fuimos a Ranero y aparcamos en el parquin de Pozalagua. Nos vestimos de romanos y a patear hasta la Torca.
Las vistas del Valle de Carranza desde el acceso a la Torca
Por fin llegamos al collado que da a la otra vertiente de la Cordillera Cantábrica, con un día de tal claridad que podíamos ver el mar sin ningún problema.
Alejandro con el Atlántico de fondo
Desde allí a la Torca, disfrutando del entorno, llegamos en un momento. Comimos algo, cosa que siempre es saludable antes de entrar en cueva y nos pusimos a instalar la torca. Una curiosidad es que le han puesto un cartelito de acero inoxidable con el nombre y la provincia en donde se encuentra su boca (para que no haya debates ya que está a 50 m de Cantabria).
Cartel explicativo de la ubicación de la boca
Me puse yo mismo a instalar las primeras verticales con la primera cuerda de 100, Jesús venía detrás con otra cuerda de 100 y Alejandro con otra. Carlos, Juanma y Chus venían detrás. Relativamente rápido estábamos todos en el tubo de 78m metros, previo a la bóveda de la sala GEV.
Chus, trending topic, en la boca de la Torca
Tubo de aproximación a la sala
En un momento me vi a unos cinco metros sobre la repisa de la bóveda, colgando sobre el vacío, y con el nudo de fin de cuerda pegado al stop. Había sido muy generoso con las combas en los fraccionamientos y no llegaba la cuerda de 100 a la cadena de la repisa. ¡Jopé! las veces anteriores siempre me había llegado la cuerda. Intenté inclinarme y probar si llegaba el «slice». Tras intentarlo un par de veces, ponerme un poco boca abajo y estirár el cabo a tope, conseguí engancharme de la cadena. Pero estaba también colgando, casi boca abajo, del stop. La cadena es de doble anclaje, así que deshice el nudo de fin de cuerda y ¡zas! La cuerda salió del stop y subió casi 5 metros sobre mi. Mis pies, por arte de birlibirloque, fueron directamente a la repisa. Avisé a gritos que nadie bajara hasta que no me dieran unos 7 metros de cuerda y tuvieron que rehacer todos los fraccionamientos quitándole un poco de comba (Alejandro dirigió esa maniobra). Por fín me llegaron esos 7m de cuerda y los até a la cadena. Ya, todo perfecto.
Pronto llegó Alejandro, con el que monté las dos cuerdas en el volado. Ahora, la fiesta. Todos para abajo.
Veanse las dos lucecillas sobre el vacío
Poco a poco vamos llegando al suelo
El descenso
Nuestro objetivo, como las otra diez veces que hemos bajado a la Torca, era llegar al «sifón terminal», así que tras reunirnos todos y comer los típicos sandwiches que siempre llevamos, nos pusimos a pasearnos bloques abajo, a ver si esta vez teníamos suerte. Enseguida llegamos al punto en que baja el techo y pasamos a la segunda parte de la sala, lugar donde empieza el «frenesí» de formaciones. Seguimos bajando y llegamos al corredor plano que da acceso a la Sala Aranzadi, está en la sala Iradier, que nos la pateamos entera en busca del «sifón» (que evidentemente es una coña). Eso sí, con este completo rulo por la Iradier vimos un conjunto de maravillas que nunca habíamos visto antes.
Formaciones en la pared izquierda de Iradier
Megalito en Iradier
La boca del Cocodrilo
La boca del Cocodrilo desde dentro
Corredor de Aranzadi
Damos «la procesión» por terminada y subimos nuevamente hacia las cuerdas. Llegamos antes de lo que creíamos, porque conseguimos seguir en la «infinita» sala GEV exactamente la misma ruta por la que descendimos. Ya junto a las cuerdas, vemos como haremos los pares de ascenso: Chus y Juanma los primeros, Alejandro y yo después, y Carlos el último, que desinstalaría la cavidad.
Chus sube bien, y tras ella me engancho a su cuerda y comienzo el ascenso. Juanma tambien llega a la repisa y comienza Alejandro a subir. Alejandro sube como un tiro y a mitad de cuerda ya me pasa. Llega arriba considerablemente antes. Por su cuerda sube Carlos, que en un plis-plas lo tenía ya a 20 m. Doy lo mejor de mi para llegar a la repisa antes que él, y lo consigo (si no, pierdo la poca dignidad que me queda). Ojo, Alejandro subió en unos 18 min y Carlos en 13 min. Es decir, con esos tiempos no podemos competir.
Desmontamos y nos vamos repartiendo las cuerdas de 100. Dejamos a Carlos que desmonte el tubo y sin ni medio problema todos fuera tras 7:00 horas de preciosa actividad.
Chus, dándole al puño y al pedal
Carlos saliendo de desinstalar
Ahora, paseo de vuelta y al hostal Coventosa a la fiestuqui. No quiero hacer publicidad de nuestra «cocina portatil» pero a mi, personalment, me parece el mejor instrumento de exploración que tiene Viana. Ni la Hilti, ni el Dixto, ni el percutor de impacto, ni el resto de gadgets. Nuestra cocina, ¡Lo mejor!
Cocina portatil
La espeleo es un tesoro como actividad, que el que no lo ha practicado, me temo que está viviendo la vida a medias.
Pepe Serrano
Espectacular pozo en la Torca del Carlista.
En el vídeo de bajada se ve como hay que hacerlo, despacito para no quemar cuerda.
Muy buenas fotos aunque es una pena que no se pueda ver en su esplendor esta gran sala.